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19/11/09

UTRE INFORMA SOBRE AVANCE PROPUESTA NOMENCLADOR

Revaloriza los espacios de discusión de las comisiones técnicas


Entendemos necesario informar nuevamente a toda la comunidad docente acerca de la propuesta de modificación del Nomenclador de cargos docentes, particularmente por la campaña de desinformación y distorsión de la propuesta llevada adelante por aquellos sectores que históricamente se han opuesto y que hoy, ante la instalación contundente en toda la docencia de esta demanda, disfrazan su oposición con “propuestas alternativas” que no sólo buscan dilatar su tratamiento sino bloquearlo e inhabilitarlo definitivamente.
Resulta sorprendente observar cómo se construyen argumentaciones falaces en torno de este tema que responde a razones de mera justicia salarial. Expresiones tales como “se pretende dividir a la docencia”, “achata la pirámide salarial”, sólo pueden provenir de quien desconoce la injusta matriz distributiva del salario docente o de quien avala la discriminación implícita en ella.
El Nomenclador de cargos establecido en el artículo 364 del Estatuto del Docente categoriza los cargos de todo el escalafón a través de puntos que tienen su referencia en el cargo de Maestro de Grado (1338 puntos), el cual se plantea como Cargo Testigo, a la vez que establece las relaciones salariales entre todos los cargos a partir del mismo (considerado con el valor 1).

¿Qué observamos y cuestionamos en dicho Nomenclador?
1. Relaciones arbitrarias entre los cargos que no contemplan ni la complejidad y el valor real del trabajo del docente ni la carga horaria que el mismo debe desarrollar semanalmente, provocando una desvalorización simbólica (y material, en tanto se traduce en salario) de algunos de los cargos. Esta inequidad se visualiza también, por ejemplo, en el parámetro con que se “miden” las horas de trabajo: para Nivel Medio es la hora cátedra (de 40 minutos), para Nivel Primario, la hora reloj. Así, por ejemplo, el cargo de Maestro de Grado se define por una carga de 20 horas reloj que, en realidad, traducidos a hora cátedra (para tomar un parámetro común que nos permita visualizar con claridad la situación) equivale a 31,87 horas semanales. Esta es la obligación horaria Maestro de Grado, sin embargo, su salario equivale a 15 horas cátedra, esto es, la mitad. Lo mismo sucede con varios cargos del escalafón: Maestra de Nivel Inicial, Bibliotecarios, Bedeles, Auxiliares Docentes, etc. No obstante, estos ejemplos son los más evidentes, las arbitrariedades se manifiestan en otras relaciones que resulta necesario rever (relación cargo de base y cargo jerárquico en Nivel Medio, por ejemplo).
2. Su descontextualización respecto de la complejidad de la tarea docente y de las exigencias de cada cargo: en apariencia uno de los parámetros en que se sustenta esta discriminación sería la exigencia en cuanto al tiempo de formación requerida para cada cargo (pensemos, por ejemplo, que los Maestros Normales recibían su título al terminar su secundario con dicha orientación; posteriormente, la carrera de Nivel Primario fue incorporando años de estudio en sucesivas oportunidades). No obstante, este parámetro no explica dos cuestiones: a) la discriminación con el Nivel Inicial cuya carrera universitaria es, desde hace muchos años, de 4 años y, b) Actualmente la carrera docente en cualquier nivel (salvo el superior) requiere una formación de 4 años como mínimo (requerimiento ratificado en toda la normativa nacional y el las propuestas para la nueva ley provincial).
3. La definición implícita de la carrera docente como una carrera que se concreta atravesando los niveles: Si entendemos que buscar una equiparación entre el salario del Maestro de Grado y el docente de Nivel Medio (que gana el doble) es “achatar la pirámide”, estamos avalando la desvalorización del trabajo en Nivel Primario y diciendo: “no es profundizar tu práctica y capacitación en el nivel lo que tenés que hacer, tenés que estudiar otra carrera (un profesorado) si querés ‘ascender jerárquicamente’”. Es decir, existe un imaginario que divide jerárquicamente ambos niveles con la consecuente desvalorización y devaluación de la tarea en el Nivel Primario (y en todos los niveles o modalidades cuyo salario manifiesta esa inequidad). Nosotros entendemos que la carrera debe definirse dentro de cada nivel, partiendo de un salario equitativo que se corresponda con el valor de la tarea en tanto su complejidad y su obligación horaria.

¿Cuáles son las posibilidades que tenemos para modificar esta situación?
En primer lugar, hagamos un poco de historia: desde la administración Nickich comenzamos –UTRE-CTERA y Sitech Sudoeste- a plantear la necesidad de comenzar el proceso de modificación, advirtiendo que la dilación condicionaba su posibilidad.
Por otra parte, dado el conflicto salarial, señalábamos que, de no comenzar el camino de modificación del nomenclador, dicho conflicto no tendría posibilidades de resolverse jamás. ¿Por qué? Porque siempre tendríamos instalada la inequidad, en tanto cada incremento salarial al básico impacta de manera diferente en cada cargo del escalafón ($100 al cargo testigo, implican $200 en el nivel medio y $300 en los cargos jerárquicos superiores y hasta $95 en algunos cargos que están por debajo del cargo testigo actual). Así cada monto global de incremento se distribuye de la siguiente manera aproximadamente: un 30% le corresponde a un 70% de los docentes, mientras que el 70% restante al incremento de un 30% de los docentes. Esta es la matriz distributiva instalada desde este Nomenclador. Y es esta matriz la que imposibilita la resolución del conflicto educativo.
Desde que comenzó la actual administración hemos continuado luchando para incluir en la agenda este tema lo que conseguimos a partir del inicio de la actual gestión de la cartera educativa, iniciada el 9 de octubre pasado. Mientras tanto, los sucesivos incrementos salariales iban haciendo crecer los cálculos del monto necesario para lograr la modificación del nomenclador, en virtud de que la misma implica un incremento en el salario de los cargos mencionados.
La decisión política del Ministerio ratificada en el ámbito de la última conciliación obligatoria posibilitó puso fecha precisa, en el ámbito de la comisión técnica de Política Salarial y Condiciones de Trabajo para elaborar una propuesta a partir de una primera partida de entre 45 y 50 millones de pesos.
Conscientes de que este monto resulta insuficiente para avanzar en una modificación total –acorde con lo que venimos planteando- del Nomenclador, resolvimos:
Proyectar una primera etapa de la modificación del nomenclador, atendiendo a la necesidad de efectuar una reparación histórica para con los cargos más postergados del escalafón.
Solicitar al Ejecutivo Provincial la inclusión en la Ley de Financiamiento Educativo Provincial de este tema entre las metas previstas en la ley, de manera tal de garantizar legalmente la continuidad del proceso de modificación hasta llegar a la situación de equidad que reclamamos.
Promover, en todos los cargos de todos los niveles y modalidades, la discusión acerca del valor del trabajo docente durante la primera parte del ciclo lectivo 2010, a los efectos de ir elaborando, en el marco de un consenso general y desde las escuelas, las propuestas para cada etapa prevista en este proceso.
La justicia en la definición del valor simbólico y material del trabajo docente –y por ende en la distribución de los recursos salariales- debe provenir de la participación y la voluntad de protagonismo del conjunto de los trabajadores, en estado de asamblea y debate permanente. Por eso decimos que el próximo paso en este proceso es la Ley de Paritaria Docente Provincial.


CONSEJO EJECUTIVO PROVINCIAL
UTRE-CTERA- CTA
CHACO

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