“DELATAR AL COMPAÑERO”

Resistencia, 15 de marzo de 2010.-


A RAIZ DE LA ACTIITUD INTIMIDATORIA DE EDUCACION A DIRECTIVOS CON EL “MEMORANDUM 001/10” QUE ATECH RECHAZA Y REPUDIA…

UNA COSA ES SOLICITAR EL NIVEL DE ADHESION, Y OTRA DIFERENTE, “LA NOMINA DE LOS DOCENTES ADHERIDOS”…


Hace doscientos años hemos empezado la lucha por constituir nuestra Patria, nuestro País, nuestra casa. Hace doscientos años soñamos con una Patria impregnada de justicia y paz. Así la soñaron nuestros próceres, nuestros abuelos, nuestros padres. En 1810 logramos la Patria. En 1983 conseguimos la Democracia. Pero en el largo camino recorrido no pocas fueron las caídas y no menos violentos los huracanes. Pero de todos, tal vez el que con más saña golpeó el rostro de nuestra querida Patria fue el vendaval de marzo de 1976.
Las entrañas de la Patria sangraron por largos años y sus heridas, aún, no están cicatrizadas: todavía dejan ver la carne viva de las torturas, dejan escuchar el grito sordo de los detenidos, dejan imaginar el ruido agrio de las rejas y nos hace estremecer la profundidad de los pozos asesinos. Nos costó caro, muy caro: la Patria perdió 30.000 hijos que aún hoy busca desmelenada por el dolor de no abrazarlos, de no educarlos, de no verlos repetirse en la sangre de sus nietos. Pero ese extravío involuntario del que no pudieron regresar fue posible, casi exclusivamente, por uno de los mecanismos más perversos de la humanidad: la delación. Bastaba con un llamado telefónico anónimo para que alguien despareciera para siempre.
Todos sabemos hoy cuáles eran los instrumentos usados por la más nefastas de las dictaduras argentinas: las listas de sospechosos que terminaron siendo listas de desaparecidos. A más de 25 años de democracia parece que algunos funcionarios no aprendieron la lección: la delación nunca es inofensiva, siempre es usada para los peores fines. Dolorosamente estamos, hoy, ante la misma práctica: delatar al compañero para entregarlo a quién sabe quién y quién sabe a qué incierto destino. ¿No es, acaso, delación lo que pide el Ministerio de Educación a través del Memorando Nº 001/10? ¿Es posible que funcionarios de un gobierno que se dice, se reconoce y se pregona ante el mundo como un gobierno que marcó vanguardia en materia de derechos humanos promoviendo la justicia en tal sentido y , declamando en los discursos por los menos, que debemos alejarnos para siempre de las prácticas y procedimientos que tanto dolor nos causaron? ¿No es el Ministerio de Educación de esta gestión el que grita a voz en cuello la necesidad imperiosa de democratizar el sistema educativo? ¿Qué entienden por democracia? ¿Qué es legítimo volver a los aprietes para “depurar” el sistema silenciando, como lo hicieron los dictadores del 76, para que la sociedad pueda estar “tranquila” sin los agitadores de siempre? ¿Será que en democracia no se puede disentir? ¿Será que los que pretendemos una vida mejor nos convertimos en una amenaza para la paz social? Estamos realmente ante un verdadero peligro: las prácticas desleales como la delación son “invitadas” a entrar a la escuela con la venia de los funcionarios del gobierno. Todos ya sabemos para qué sirve delatar y no estamos dispuestos a hacerlo porque, como entonces, lo que era un simple dato, terminaba con el asesinato de alguien. En este sentido, las declaraciones de la Directora de Gestión son realmente preocupantes, sino alarmantes: “el cargo que ostento” “¿no es mejor mostrar a todas luces quiénes hacen paro?”. Los cargos no son trofeos, por tanto se deben ejercer y no ostentar, eso por una parte; por otra, ¿para qué necesita los nombres individuales de quienes piensan que luchar por los ideales es luchar por la dignidad personal y la de su familia? Según se infiere en sus expresiones, luchar por la dignidad es casi vandálico.
Señor Gobernador: instruya a sus funcionarios para que relean el preámbulo de nuestra Constitución Nacional. No vendría mal que en este bicentenario pongan en práctica aquello de: afianzar la justicia,... promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad...


Rosa Myrian Petrovich
Secretaria General
A.T.E.CH.